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Cine y feminismo: 10 películas

Natalia Arias y Alejandro Serrano

Cleo de 5 a 7

Agnes Vardà, 1962

Pionera del cine feminista, Agnes Vardà es una de las máximas representantes de la Nouvelle Vague francesa que siempre cuestionó los vicios patriarcales del movimiento.
En la película acompañamos de 5 a 7 de la tarde a Cleo, una joven cantante que espera los resultados de unas pruebas médicas para saber si tiene cáncer. Partiendo de una mirada superficial y burguesa - “mientras seas guapa, estarás mucho más viva que los demás”, nos vamos adentrando en los temores, dudas y deseos más profundos de la protagonista con un Paris de fondo deslumbrante y a su vez inmerso en la crisis de la guerra de Argelia.
A lo largo del film, Vardà trasciende el clásico pasivo papel femenino al que hace referencia Berger (1977): “Los hombres actúan y las mujeres aparecen. Los hombres miran a las mujeres. Las mujeres se miran a sí mismas siendo miradas”
En las dos horas de espera que el espectador sigue casi a tiempo real, vemos como Cleo observa con una nueva mirada extremadamente sensible su alrededor y a sí misma, cuestionándose todas las creencias y valores que habían regido su vida hasta entonces. La superficialidad, la esclavitud de la belleza y juventud, la objetivación de la mujer, la falta de reconocimiento y el paternalismo quedan latentes a lo largo del film y Cleo irá tomando consciencia de todo ello mientras crece su angustia vital.
A través de la introspección de Cleo, Vardà nos hace reflexionar sobre la belleza, el amor, los temores y anhelos humanos.

Thelma y Louise

Ridley Scott, 1991

Esta Road Movie de inicios de los 90 constituye uno de los grandes hitos cinematográficos en lo que se refiere a la síntesis de 3 géneros en la misma obra, el papel de sus dos protagonistas, y sobre todo, por lo sorprendente y ``políticamente incorrecta`` que resultó en su momento.
Thelma y Louise son dos mujeres absolutamente subordinadas al ego, las decisiones y las aspiraciones de su marido y novio respectivamente, conscientes de qué nunca han gozado de la ``libertad`` que supone poder tomar sus propias decisiones o adoptar iniciativas en función de la vida que quieren vivir. Amigas gracias a una recurrente relación trabajadora-cliente en el bar donde Louise trabaja, deciden realizar una escapada de fin de semana, para despejarse de sus rutinas y evadirse de sus frustrantes realidades.
El inicio de este viaje no cesará hasta el final de la película, donde una sucesión continua de episodios machistas, intentos de violaciones y abusos ante lo que parecen dos mujeres solitarias, desembocan uno tras de otro en el asesinato de esos hombres. La autodefensa sin complejos, su constante huida de las autoridades hacia México y el sorprendente final, arman todo un proceso de empoderamiento feminista de ambas protagonistas, donde el punto de no retorno no lo marcan tanto los asesinatos, sino la nula voluntad de regresar a sus vidas previas.
Sin duda una de las películas más atrevidas y originales realizadas hasta esa fecha, insignia cultural del movimiento feminista desde entonces, que tuvo que superar todo tipo de obstáculos en Hollywood de productoras y empresarios del cine por ``miedo`` a lo que pudiese desencadenar y el mensaje que transmitía. ¿Estaban justificadas estas actitudes? Basta con observar lo acontecido en Hollywood 25 años después.

Erin Brokovich

Steven Soderbergh, 2000

Esta premiada y reconocida película cuenta una historia real. Tan real como poco extraordinaria, pues la desigualdad laboral y salarial, así como las opresiones cotidianas que las mujeres viven en su centro de trabajo, no conoce de fronteras, ni de ficción, se encuentran todos los días, a todas horas, en todos los lugares.
Erin Brokovich es una trabajadora de un bufete de abogados, divorciada, que su día a día para conciliar la vida familiar, social y laboral es una auténtica gymkana repleta de obstáculos. Sin apenas ayuda, es capaz de investigar y conseguir un caso de contaminación industrial que ha afectado a muchas familias, mantener cierto orden y cuidados en casa e incluso conocer a alguien y enamorarse de nuevo.
Si bien de este relato se puede desprender cierto aroma neoliberal (tú solita puedes con todo y eres capaz de todo, a la vez que responsable) o cierta romantización de la noción ``superwoman`` de la mujer que esconde realidades de explotación (propia y ajena) nada idílicas y realmente sufridas , como la ausencia de cuidados hacia ella, lo realmente interesante del film es la visibilización y lo tremendamente injusto e irracional de la desigualdad laboral y salarial, cómo se representa cotidianamente, y la cruda realidad del duro camino que una mujer tiene que recorrer para triunfar profesionalmente.

Frida

Julie Taymor, 2002

Un film biográfico sobre una de las figuras femeninas más contraculturales y revolucionarias de la historia del arte y el compromiso social. Si bien la película no pretende abordar más allá de la vida y las experiencias vitales de la pintora, no se necesitan adornos de ningún tipo para admirar no solo la firmeza de las convicciones feministas de Frida Kahlo y la lealtad hacia sus ideas, sino las lecciones que se extraen de su obra y legado artístico , así como de la libertad que ejercía y abanderaba cotidianamente en todas las esferas de su vida.
El proceso artístico y creativo, sus relaciones sentimentales (especialmente con el también pintor mexicano Diego Rivera), su forma de socializarse con las mujeres de su entorno, en la familia, en los espacios de ocio, así como su militancia política revolucionaria, no se pueden comprender sin tener en todo momento presente la condición de Frida como mujer, indígena, bisexual, mexicana y atormentada físicamente por una lesión medular.
La superación y el sufrimiento provocado por su cuerpo, por los hombres, y por las diversas opresiones con las que cualquier mujer mexicana tenía que lidiar en la primera mitad del siglo XX, atraviesan toda su obra pictórica así como su pensamiento político, tan presente en su vida hasta su muerte en 1954. A veces las limitaciones y obstáculos más pesados no siempre tienen que ver con una incapacidad física o diversidad funcional, ¿no es cierto?

Te doy mis ojos

Iciar Bollain, 2003

Uno de los mejores retratos de la violencia de género y una de las mejores películas del cine español reciente dirigida por Iciar Bollain con una interpretación magistral de Laia Marull y Luis Tosar.
Una noche Pilar decide marcharse de su casa con su hijo tras años de maltrato psicológico y físico por parte de Antonio, su marido. Este la buscará y tratará de que vuelva junto a él bajo la promesa de cambiar. Mientras Pilar trata de redescubrirse a si misma, volviendo a trabajar, descubriendo su pasión por el arte, -elemento liberador para ella-, y estudiando para ser guía de museo, también se debate en creer a Antonio y en que las cosas pueden ser diferentes. Sin embargo, ese viaje a la emancipación, a la autonomía, ese proceso de recuperar los ojos de Pilar se le hará insoportable a Antonio.
La película, que se acerca a una película de terror sin apenas mostrar violencia explícita, indaga en la psicología de ambos protagonistas y trata de adentrarse en todos aquellos mecanismos verbales y no verbales del ciclo de violencia que hacen que esta se perpetúe, tanto en la relación de los protagonistas, como en el entorno social que tolera (la madre de Pilar, policía).
Lejos de cualquier tópico, vemos la dependencia emocional que genera la violencia de género en Pilar a través del miedo, la confusión, la impotencia y la culpa. La violencia, como ejercicio de poder masculina que lleva a Pilar a verse completamente anulada. La película relata ese mientras tanto, entre la toma de consciencia de la situación de Pilar (“Tengo que aprender a mirarme a mí misma. Yo no sé quién soy”) y la decisión definitiva de acabar con la relación.

Persépolis

Marjane Satrapi, 2007

La obra maestra de animación basada en la novela homónima de la autora persa que también dirige la película, retrata la socialización personal y política de una mujer iraní nacida en el Teherán de los años 70.
Lo que inicialmente puede parecer una película más, otra ``chapa`` que nos ayude a comprender y contextualizar las realidades de países lejanos e históricamente olvidados, se desvela como un maravilloso relato cimentado sobre los continuos encuentros y desencuentros de la protagonista con los dos mundos en los que se mueve, Oriente y Occidente, así como con ella misma y su relación con el entorno.
La difícil búsqueda de su lugar en el mundo, donde pueda ser ella misma sin limitaciones, juicios y con total libertad, así como la continua pérdida de inocencia (o madurez acelerada) a la que se expone cuando va experiencia tras experiencia permeando su personalidad y su actitud (desamor, violencia, trato cotidiano con el machismo y el racismo, frivolidad de la sociedad occidental, desarraigo y soledad...) hace que el espectador empatice con el personaje al instante.
Un reclamo a la honestidad de cada una consigo misma, a ser consecuente con tus orígenes y un reconocimiento al duro proceso de aprendizaje que implica valorarse y respetarse en cualquier lugar, bajo cualquier circunstancia y adquirir conciencia crítica. Imposible sin las dosis adecuadas de cariño, sororidad y apoyo mutuo. Eso es, bajo nuestro punto de vista, Persépolis.

La teta asustada

Claudia Llosa, 2009

Un dramón. Un dramón necesario. Un dramón capaz de remover muchas cabezas, estómagos y corazones. En un Perú asolado por el terrorismo y los abusos de las fuerzas militares del Gobierno, ser mujer e indígena no es una suerte.
La historia se centra en la vida de Fausta, un chica que siendo muy pequeña vivió la violación de su madre durante el conflicto armado. Además, padece una extraña (y ficticia) enfermedad conocida como ``la teta asustada`` , según la cual los miedos, inseguridades y sufrimientos se transmiten de madres a hijas. Desarrolla unos traumas que la impiden relacionarse socialmente con normalidad, especialmente con los hombres, que cobrarán sentido y aprenderá a razonarlos y superarlos (o no) a lo largo de la película.
La brillante metáfora de la ``enfermedad`` no es otra cosa que un vehículo mediante el cual explicar los roles y la humillación en las que generaciones de mujeres sometidas a la violencia política y cotidiana se han criado y educado. Un pesado lastre difícil de superar, una ardua montaña que escalar para dejar de una vez por todas de ser ``la mitad débil y sumisa de la sociedad``.

La doncella

Pank Chan-wook, 2016

Probablemente sea la propuesta más atrevida y polémica del artículo.
En La doncella, el director coreano Pank Chan-wook lleva al límite los giros y el juego con el espectador hasta el final, a la vez que maravilla con la plasticidad sus imágenes.
La película, inspirada en la novela de Sarah Waters “Falsa identidad”, se ambienta en los años treinta en Corea durante la invasión japonesa. Sook-Hee, perteneciente a un clan de estafadores, entra a trabajar como doncella de Hideko, la sobrina recluida y única heredera de un acaudalado japonés aficionado a la novela erótica. Junto con otro joven del clan que se hace pasar por conde, tratan de engañar a Hideko para que se enamore y se escape con él a Japón, para posteriormente ahí internarla en un manicomio. Pero nada saldrá como estaba planeado.
Ganadora del Gran Premio del Público en el Festival de Sitges, se trata de una película extremadamente perturbadora a la vez que plástica, a caballo entre el thriller psicológico y el cine erótico acompañada de elevadas dosis de excesos y humor negro.
Mas allá de eso, La Doncella no deja de ser la historia del deseo, la pasión, empoderamiento y venganza de dos mujeres que se alían para luchar juntas por liberarse y salir adelante, escarmentando de paso a todos los hombres que las habían estado utilizando hasta entonces en beneficio propio.
No dejará indiferente a nadie.

Toni Erdmann

Maren Ade, 2016

Una comedia dramática extremadamente divertida dirigida por la cineasta alemana Maren Ade que se adentra en la compleja relación entre un padre y una hija adulta en la sociedad europea actual.
El film cuenta el reencuentro de Inés, una joven ejecutiva alemana que vive en Bucarest dedicada exclusivamente a su carrera profesional, y su padre Wilfried. Éste toma consciencia de cuánto se han alejado su hija y él, hasta el punto de no saber realmente quién se esconde tras esa mujer de traje que interrumpe su propia celebración de cumpleaños para atender llamadas de trabajo y de la que todo el mundo parece estar tan orgulloso por su éxito profesional. Wilfried, un hombre desaliñado y solitario que utiliza la broma como forma de relacionarse con el mundo hasta límites cargantes por momentos y desconcertante en otros, inventa a un extravagante personaje, Toni Erdmann, para acercarse a su hija y tratar de salvarla de una vida que cree que no la hace realmente feliz.
Extravagante rozando lo absurdo por momentos, la película pone de relieve dos cuestiones fundamentales para entender la sociedad actual. Por un lado, el conflicto generacional latente entre Inés y su padre como metáfora del conflicto ideológico de ambas generaciones. Wilfried, hombre progresista, probablemente hippie en su juventud, constituye un icono socialdemócrata cuyos valores educativos -libertad, tolerancia, creatividad- no han derivado en la sociedad que ellos habían imaginado. El capitalismo se ha adueñado y ha pervertido los frágiles pilares éticos y políticos de la socialdemocracia dando lugar al producto ultraliberal de ejecutiva de consultora. Por otro lado, la figura de Inés, que por más que adopta un perfil ejecutivo masculino nunca es considerado como un igual, ejemplifica a la perfección la discriminación que sufrimos las mujeres en el mundo laboral, pero sobre todo, nos mete de lleno en el debate de cuál es el camino para la emancipación de las mujeres: ¿podemos llamar emancipación a la imitación de un perfil masculino de hombre de negocios de éxito basado en la acumulación de riqueza a prácticamente cualquier precio? o ¿esto no es más que otra perversión del capitalismo de las aspiraciones del movimiento feminista?

Roma

Alfonso Cuarón, 2018

Cerramos el articulo como lo abrimos, con Cleo.
Pero esta vez, Cleo es una joven indígena trabajadora del hogar de una familia acomodada que vive en la Colonia Roma en México D.F. Ambientada en los años 70, la película nos adentra poco a poco en la vida cotidiana de Cleo, en las mujeres de su alrededor y en como se relacionan entre ellas, con el trasfondo de un México convulso política y socialmente.
La crudeza de la historia, que no necesita acudir a una violencia extrema hacia Cleo, nos permite entender la particular relación de clase que se existe entre Cleo y la familia (y en general en el trabajo doméstico) donde la opresión, que puede llegar a limites inhumanos, se entremezcla con relaciones afectivas profundas y momentos de solidaridad y apoyo mutuo entre las mujeres. Esa crudeza contrasta a lo largo del film con una desmesurada belleza poética de las imágenes.
Lo más meritorio de la película es la manera en que desgrana a la perfección la interrelación entre la opresión de género, que sufren las dos protagonistas, con la opresión de clase, que sufre Cleo. “Las mujeres siempre estamos solas” le dice la madre de la familia, Sofía, a Cleo. Efectivamente, las dos han sufrido un abandono y se dan cuenta de lo solas que están y las dificultades que ambas deben enfrentar. Pero mientras Sofia trata de reconstruir su vida, volver a trabajar, protegiendo todo lo posible a sus tres hijos, Cleo no tiene una vida que reconstruir, la suya prácticamente no le pertenece, y no puede más que aceptar con resignación lo que le sucede tratando de no perder su único sustento de vida.
En definitiva, Roma es una obra maestra que retrata con extrema delicadeza la cotidianidad de Cleo, esa mujer invisible que dedica su vida casi en exclusividad a la vida de otra familia, familia de la nunca podrá ser parte.
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